lunes, 19 de agosto de 2013

Unrecognizable

Ando aquí, hablando con mi amiga Eugenia, sobre nuestras tribulaciones, a través de un portal Burgos-Madrid.
*Sigh*
¿Quién me iba a decir hace 5 años que iba a estar como estoy ahora?

Un chaval que por aquel entonces empezaba a hacer amigos fuera de los compañeros de clase de toda la vida, que comenzaba a salir más allá de las 10 de la noche, que había optado por hacer magisterio de inglés porque "tenía salidas" y se le daba bien el idioma, que no pillaba los dobles sentidos ni se imaginaba a sí mismo con una chica. Un jovenzuelo que se escandalizaba cuando alguien decía "sexo". Un alumno estudioso que no había visto internet más que en ordenadores ajenos, que nunca había probado el alcohol fuera de la media copa de cava en cumpleaños y navidades.

Y aquí estoy. Saliendo hasta las 5 y pico de la madrugada, socializando con cierta soltura, dando clases "de estrangis" porque ni magisterio ni pedagogía acabaron teniendo tantas salidas y que holgazanea en internet mirando cualquier tontada o hablando. Hablando con tantos amigos nuevos, o con mi estupenda novia (que si lee esto me dirá "¿Pero cómo pones eso? ¡Que vergüenza!" *risas*). Un chaval que... si bien no ha ido tremendamente pedo nunca, sabe lo que es ir achispado... ¡y hasta bailar! (y no, no hace falta alcohol para esto *risas*). La fase de quedarse desconcertado ante los chistes con dobles sentidos o las bromas subidas de tono, pasó y se cambió por una en la que yo mismo hacia esas gracias.

Mejor o peor, no sé. Supongo que depende del telescopio o la lupa con que se me mire. Distinto, en cualquier caso. Contento (contentísimo) con muchas cosas. Con otras, no tanto. Pero con aciertos y con fallos, no deja de ser lo que soy. Es mi torre.

Para bien o para mal, la pequeña torre de hace 5 años creció, se añadieron habitaciones, se destruyeron otras, otras quedaon abandonadas. Se consiguieron tomos y tomos de nuevos e interesantes conocimientos. No es la torre más estable del mundo, no. Rechina cuando se anda. ¡Anda que si rechina! ¿Que parece que cualquier dia me caigo con toda la estructura! *risa*

No, no es para tanto. Realmente, los cimientos son estables. Las habitaciones de la gente que importa crecerán o disminuirán, pero siempre estarán aquí. Los libros arderán o se comprarán, pero siempre habrá libros. Las puertas estarán siempre abiertas al visitante.

Como siempre, lo bueno supera a lo malo. Eso es algo que sé. Será cuestión de ir tapando las grietas y limpando el polvo. De matar los ratones y los bichos que haya rondando la torre, y de mejorar los pilares día a día, trabajando con quienes día a día están a mi lado, en cuerpo o en portales.

1 comentario:

  1. Bueno~ te sigues escandalizando cuando alguien hace algún comentario un poco subido de tono... xD Pero está bien ^^

    Nunca se sabe como se va estar~ tampoco yo me hubiese imaginado al volver de vacaciones que iba a estar como estoy ahora~ x3

    La gente crece, y mientras la torre crezca más o menos recta y no se derrumbe, está bien ^^

    ResponderEliminar